jueves, 24 de abril de 2014

Ángel Asaliah 4 de mayo.

Atributo: Dios que muestra la verdad.
Planeta: Sol.
Coro Angélico: Principados.
Sefiráh: Tiferet.
Horario de regencia: de  15: 20  a 1 5:40 horas.
Se lo invoca para:
·       Que nos conceda protección contra escándalos e inmoralidades.
·       Que la verdad brille en situaciones ocultas y para que nos guíe hacia un comportamiento adecuado.
·       Comprender las cosas divinas representadas en la naturaleza.
Los nacidos bajo su regencia:
Quien nace bajo su regencia será dulce, tierno y tendrá carácter agradable y se destacará su carisma. Es justo por excelencia, incorruptible y de fe elevada. La verdad será una constante en sus actitudes, es extremadamente dinámico viviendo su día a día aprovechando cada segundo para la  realización de cada idea que surge. Irá más allá de sus propias fuerzas, pero sin agotarse. Es elegante y firme y tiene un gran autocontrol. Estará sujeto a sacrificios en pos de sus ideales. Su aura de sabiduría se verifica como señal en su frente. No le agradan las confusiones, principalmente las de orden sentimental. Es orgulloso sin ser snob y acepta sinceramente las doctrinas de otras personas. Estará siempre cambiando la forma sin alterar la esencia divina.
Cita bíblica:
Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras,
y cuán profundos tus pensamientos!
Salmo 92:5

ASALIAH: ‘VIDA MAS ALLA DE LA MUERTE’

Cuando todos los niños se divertían jugando entre ellos, raramente podríamos encontrar a Asaliah en el grupo participando del juego.
Había algo que le interesaba mucho más que aquellos entretenimientos infantiles, al menos así lo veía el que no contaba mayor edad que sus compañeros.
En aquellos momentos, al joven lo único que le preocupaba era atrapar algún saltamontes o incluso  algún ratón para someterlo a sus investigaciones científicas.
Si, ya saben a qué dedica su tiempo libre el extravagante Asaliah. Su mayor ilusión era conocer el porqué de las cosas, y en aquel día se preguntó porque el saltamontes era verde y saltaba con tanta facilidad.
Con un cuchillo muy afilado le abrió en dos partes y cuál fue su alegría al encontrar que aquellas partículas verdes que hallo en su interior debían ser la razón por la que el saltamontes era verde.
En verdad lo que habla descubierto eran los restos de comida que el pobre insecto había ingerido momentos antes de ser atrapado.
Con el paso de los años, Asaliah no cambio en absoluto, es más, se había convertido en un joven muy inteligente que acababa de decidir que iba a ser en el futuro.  Médico, iba a ser un buen médico.
Durante los primeros años, Asaliah puso mucho interés en sus estudios y gracias a ello fue obteniendo muy buenos resultados.
Había llegado el momento que siempre había esperado, las prácticas de anatomía. Tenía la oportunidad de conocer que había en el interior del cuerpo humano. Siempre había soñado con aquel momento.
Allí estaba, delante de un cuerpo sin vida. El profesor iba explicando uno a uno los órganos, y Asaliah sin poder controlarse se anticipaba a este, y antes de que dijera el nombre ya lo había hecho el.
Asaliah se sentía muy impresionado por todas aquellas experiencias, pero aun lo estaría más cuando viviese los acontecimientos que le aguardaban en aquella noche.
Acababa de abandonarse en manos de la dama del sueño, cuando de repente se encontró en el hospital donde realizaba sus estudios. Junto a él un extraño personaje, con el que parecía tener una misteriosa relación, le guiaba.
-Acércate Asaliah y observa -dijo su acompañante, al tiempo que le señalaba unas escenas -.
Ante el joven apareció un hombre moribundo. Estaba muy enfermo y acababa de parársele el corazón. Inmediatamente, acudieron el médico y las enfermeras e intentaron reanimarle, pero no pudieron conseguirlo. En ese momento, del cuerpo del recién fallecido surgió un cordón de luz, y poco a poco esa luz adopto fuera del cuerpo sin vida, su misma imagen.
Asaliah entonces se dio cuenta que estaba en el mundo de los muertos, y ante él se encontraba el espíritu del recién fallecido.
-Pero como puede ser esto? -pregunto a su acompañante -, yo nunca pensé que la vida continuase tras la muerte.
-Sigue mirando Asaliah, observa y no pierdas detalles -volvió a aconsejar su acompañante -.
El espíritu que acababa de salir del cuerpo del fallecido sintió un profundo dolor. Asaliah quiso saber porque, y averiguo que estaban practicándole una autopsia. Eso que tantas veces el había hecho a saltamontes y ratones.
Aquel espíritu quedo privado de la posibilidad de aprender de las experiencias que había vivido. De este modo era sentenciado a volver a vivirlas.
Asaliah volvió a su cuerpo y se sintió agotado. Aquellas vivencias le habían afectado tanto.
Aquel día en el instituto anatómico del hospital debía participar en una autopsia, pero Asaliah no lo haría. Quiso convencer a los profesores del error que estaban cometiendo, pero le tomaron por loco.
Desde entonces, el inteligente joven, se entregó a la defensa de los derechos de los fallecidos y con su trabajo consiguió que aquellas prácticas cesasen. Muchos espíritus se lo agradecerían de veras.

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